Reflexión sobre las posibilidades que ofrecen los diferentes estilos de enseñanza en el trabajo de una escuela deportiva.

Nuestra función como técnicos deportivos, además de transmitir de forma clara y concisa los conocimientos que tenemos, es de adaptarse tanto al grupo como a sus características como a la situación en la que nos encontremos. Por esto, conocer un número amplio de formas de enseñanza es de gran ayuda, ya que nos permite adaptarnos a un mayor número de posibilidades que nos puedan surgir a lo largo de nuestra vida como educadores; porque eso es lo que somos a fin de cuentas, porque transmitimos en mayor o menor medida nuestros conocimientos a otras personas y las ayudamos a mejorar en aspectos generales o concretos de su vida, tanto en los deportes como en el día a día.

Los diferentes estilos de enseñanza que hemos aprendido nos abren un gran abanico de opciones para, en un futuro, realizar nuestro trabajo de la mejor forma posible. Por ejemplo:

Los estilos de enseñanza reproductivos, aunque son los más habituales, permiten al educador dirigir cualquier tipo de actividad que considere que los participantes no puedan dominar por sus propios medios, ya sea en grupo o de forma individual. Las opciones que ofrecen los estilos tradicionales pueden aplicarse fácilmente a, por ejemplo, a la enseñanza de una estrategia concreta de algún deporte colectivo; en cambio, los estilos individualizadores, aunque puedan emplearse con el mismo fin, funcionan mejor para la mejora de aspectos técnicos o físicos de cada jugador de forma individual. Ambos estilos ofrecen una enseñanza rápida y precisa en la que, nosotros como educadores, podremos asegurarnos de que los conceptos que queremos enseñar queden claros y sin ningún tipo de duda sobre ellos.
En cambio, tanto los estilos participativos como los socializadores, optan por la auto enseñanza, es decir, que cada alumno descubra y aprenda por su cuenta adaptándose a la situación y decidiendo como actuar en cada caso, aunque siempre bajo la atenta mirada del técnico. Este tipo de enseñanza, desde mi punto de vista, es fácilmente aplicable en deportes que precises de una rápida toma de decisiones y que no tenga el juego tan "programado" como otros; por ejemplo en los deportes de contacto, en los que la decisión del competidor prima sobre la estrategia a seguir en la mayoría de los casos.
Aún con todo, si los estilos tradicionales llevan tanto tiempo siendo aplicados y dan los resultados esperados, debe ser porque a fin de cuentas se consigue los que se busca sin tener en cuenta las preferencias educativas del técnico deportivo.

Los estilos de enseñanza productivos podría decirse que van un paso más allá de lo que los estilos participativos y socializadores consiguen, ya que optan por que la enseñanza esté totalmente dirigida por los participantes, es decir, que cada uno se adapte a las exigencias requeridas. Aunque el descubrimiento guiado se aleja menos de los estilos anteriormente mencionados, la resolución de problemas es una forma de educar totalmente innovadora, debido a que se encuentra "solo" sin ayudas externas para superar una dificultad. Además, como estos estilos fomentan la individualidad y la capacidad de decisión son óptimos para deportes individuales que necesiten una toma de decisiones rápidas y precisas. También son una buena forma de que el deportista se interese por mejorar por su cuenta, ya que no necesita la supervisión del educador para acercarse cada vez más a la perfección.

Aunque todos los estilos de enseñanza son más que válidos de forma individual y cada uno se puede emplear de mejor manera en situaciones concretas, una combinación de todos y una adaptación por parte del educador para saber cual utilizar dependiendo del momento sería la forma óptima de proceder, ya que así se alcanza el mayor grado de aprendizaje tanto por parte de los participantes como del técnico porque, en este mundillo y en todos, nunca se deja de aprender aunque seas tú quién dirige y organiza la actividad.

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